19.10.06

[uno.cinco]

en otra de mis confesiones, observar las historias desde afuera, además de una costumbre, puede -suele- resultar profundamente doloroso para un jotch de vida simple rayando a ratos en lo austera. particularmente hace unos minutos mis ojos se confrontaron con una fotografía en cualquiera de sus dimensiones utópica, y es que tener en frente una historia de amor a simple vista entrañable no hace más que devolvernos a la absoluta conciencia de estar tan lejos como siempre -o como casi nunca- de la misma secuencia que mi cabeza es ya incapaz de reproducir en primera persona.

supongo que para tranquilidad de algunos -o de mí mismo- sería prudente aclarar que este laspo de agudización en el dramatismo de mi propia vida no es de preocuparse, suele permanecer de una forma mucho más disimulada, y es que no todos los días se tiene enfrente justo el paraíso con el que uno sueña para comprobarnos a ciencia cierta cuán lejos vivimos de ahí.

1 comentario:

Anónimo dijo...

mi paraíso está a cinco años de distancia... y en la dirección que ya no se puede recorrer...

será que es tiempo... como dice tori en "tear in your hand"... maybe it's time to wave goodbye now...

to the past

tough