24.7.07

[siete.uno]

lamento mi interminable redundancia.
esa misma destreza de un jotch para colocar de manera indudable algunos de sus recuerdos en la categoría de fílmicos es la que lo conduce inevitablemente a la incapacidad de superarlos: a la condena vitalicia de esporádicas crisis de nostalgia.
en días como hoy en los que el pasado resulta dolorosamente perfecto, no es precisamente sano encontrarme, después de meses de completo extravío, con una de esas figuras tan inalcanzables, como hermosas e impecables -probablemente la única hasta ahora conocida en su categoría-.
un jotch siempre extraña y nunca supera del todo. el horizonte en tiempos como éste no hace más que recordarnos lo lejos que estamos ahora de aquellas circunstancias ridículamente entrañables de algún entonces.
¿alguien podría traer un poco a mi maestro de regreso?

22.7.07

[siete.cero]
a propósito de los lugares comunes, de los sábados vacíos y de la inevitable adicción a los patrones. de mi capacidad para convertir el pasado en perfecto y extrañarlo sin cansancio. de la necedad por agregar pedazos de noche en el índice "historias entrañables de amor verdadero".
de un jotch que se gusta y no por eso se resulta suficiente.

16.7.07

[seis.nueve]
las inconstancia es ya no mencionable. atravieso la cuenta regresiva de un empleo del cual he sido despedido por motivos de inexperiencia. el temor al vacío en los días y, particularmente, a la enorme crisis financiera que esto traerá como consecuencia todavía no se instalan por completo cerca. cerca está, por ahora, la perfección cuyas manos ahora me huelen a desgaste, las ganas en su sentido más adolescente y menos recíproco, el cine en puras promesas...
a un paso de tener una habitación de jotch en su máximo nivel (por ahora), mis labores como interiorista se unen a los juegos "colectivos" para restar esa inútil sensación contra la que me confronto diariamente de nueve a siete (y ya no por mucho tiempo).
para ser honestos mis habilidades narrativas al día de hoy son prácticamente para provocar vergüenza, el único sentido genuino que encuentro ahora para la permanencia de mi blog es la siempre esperada reconstrucción de final de año. trabajaré entonces en hallar un alimento más cotidiano que ése, la incondicionalidad de mi blog no merece menos.