con la promesa de abandonar las teclas por el día -¿?- de hoy, me quedo con las ganas ya habituales de viernes, sábados, gente y ropas muy especiales. he prometido esta vez que voy a controlar mis instintos después de cada noche para así entonces, seguir en la espera de historias de amor verdaderamente fílmicas.
antes de dormir, mi visita ya planeada a la casa de los fischer, el mismo método previo a la almohada y después mi cama, con la misma pared asfalto de hace tiempo. ¿había mencionado ya que me gusta mucho mi habitación?
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