muy lejos de ser la primera, mi noche de domingo se atemoriza ante la llegada de un lunes con probabilidades de catástrofe en mi vida laboral, mi habitación en medio de una leve renovación, un domingo tan activo como hace meses, el cine y su faceta más insípidamente adulta, ganas de un abrazo esta vez con nombre propio y de corta duración y -en la parte más roja de esta sentencia- una plenamente grata confirmación a mis intuiciones profesionales, jotch indudablemente tenía razón y a pesar del evidente estancamiento: "somos quienes somos...". un mes más y devolvemos la mirada objetivamente dirigida.
retomaré mis labores de interiorismo para, según mis cálculos, concluir el domingo con las ya acostumbradas labores domésticas, el miedo comparte mi cama nuevamente esta noche, recemos entonces por la armonía y el orden mental de nuestros "semejantes" -¿o debería decir superiores?-.