un domingo más en el intento de devolver el orden con las palabras. la misma nostalgia es ya no mencionable, mi situación financiera hacia el resto del año es realmente para preocuparse y el armario empieza a sentirse cada vez más solo, la creatividad entonces resulta insuficiente de cansada.
guardo ahora en el estómago esas ganas que quedan tras la controladísima dosis de una primera cita sin promesa de secuelas. esta vez, tomando en cuenta el acumulado historial de áridos encuentros, agradezco la inevitablemente esperanzada nostalgia de un memorable sábado por la noche en el que, al margen de lo mencionado, la existencia casi única de un mejor amigo fue devuelta a mi memoria con la ya conocida porción de emotividad que el hecho implica.
me quedo entonces con el olor de cerquita y las manos que hasta ahora no son mías. me espera el cine y una grata promesa, el mismo empleo, los pendientes acumulados de la agenda, los olvidados y excedidos puntos que algunos me han impedido contar y otra semana de ropas cada vez menos completas...
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