a propósito de la triste simplicidad de la aritmética
(una mesa para los veintisiete)

de más estaría detenernos en lo lamentable que se va haciendo la cuenta. agradeceré, por ahora, la serenidad que, de días para acá, ha venido habitando estos derredores. aquí mi lista:

doce. control remoto para macbook
once. ¡matrushkas!
diez. un perchero de pared (éste parece una opción inmejorable)
nueve. un diplomado en programación (podemos empezar por un curso intensivo de dreamweaver)
ocho. dosis considerable de sensatez para mi memoria
siete. un reloj de pulso --redondo y grande, preferentemente (éste también podría ser una grata opción)
seis. de nueva cuenta, esta mochila
cinco. un par de manos que sepan contener los nexos
cuatro. orden y progreso
tres. el futuro de miranda july
dos. iphone
uno. una valija suficiente de promesas que garanticen el sueño

anotaría también el vértigo de las listas, de umberto eco, pero ese objeto ya l ha tenido la tremenda gracia de entregarlo a mis manos.