10.3.08

[nueve.cuatro]


you're trying too hard...


las palabras declaraban un hecho innegable, como era innegable también que las historias de amor ahí estaban. su talento -o adicción- era sólo encontrarlas: evidentes, eternas, mínimas e intocables.

la última de ellas sucedió hace a penas algunas horas. los protagonistas coincidían en el mismo punto y con las mismas intenciones. la compañía de ambos era sólo un accidente -su poética siempre ha estado más a salvo cuando ellos viajan solos-.

sus ojos y sus oídos no pudieron más que contemplar cómo el destino tomaba ventaja de sus condiciones... él era más alto y sólo él conocía de cierto el significado de cada una de las palabras del, en ese instante, amor de su vida.

los créditos finales aparecieron sin despedidas de por medio. su decisión fue entonces convertirse en un observador pasivo y memorioso de cada una de sus propias historias... posiblemente eso era no intentarlo demasiado.

3 comentarios:

Juan Manuel Torreblanca dijo...

http://www.youtube.com/watch?v=2hqraEymz94




oh well...

Celestina Tercioipelo dijo...

Híjole, Jotch...

Anónimo dijo...

diré mi glosa (p. celan):

"nadie rinde testimonio por el testigo"

¿a quién le pertenece lo mirado y lo deseado? ¿a quién le pertenece el misterio de dos líneas paralelas? sólo el testigo puede pronunciarlas nuevamente: hacerlas cosa dicha, cosa hecha... porque una historia de amor no es más que un hecho de geometría claro y distinto: se parece a las flores y a las piedras --¡se revela! ¡por lenguajes secretos, se revela!

saludos enormes con mejores deseos de más lenguas secretas: manifiestas.

f.