28.6.07

[seis.ocho]
haber tomado distancia del blog por poco menos de veinticuatro horas no hace más que comprobarme una vez más la fugaz permanencia de las emociones en la cabeza de cualquier ser humano, por lo menos sí, de cualquier jotch.
hoy mi trabajo es dos rayitas menos preocupante... los niveles de patético -en su versión sustantiva- dejé de registrarlos hace ya mucho tiempo, soy en cambio, un jotch que exprime a escondidas una máquina adorable mientras se descubre cada dos o tres minutos calificado como casi un discapacitado mental por más de uno de los habitantes del espacio laboral. nada para ser presumido ¿acaso mi ropa, mi música o mis anteojos cuentan?
enrique octavo es entonces, un personaje extinto al que mi memoria prefiere no invocar por que la nostalgia es un terreno en el que soy indiscutiblemente experto.
los días por ahora se me atraviesan con un ritmo nada extraordinario. habiendo explorado un paraíso más -el más paraíso de todos- la cabeza no deja mucho espacio para recuerdos vecinos; tengo, sin embargo, figuras que agradezco profundamente -alguna de ellas un poco menos impecable de lo acostumbrado... nada grave-.
el cine no me reserva más que la reconsideración de un pasado ninguneado y siendo humilde se hace un ladito para dejar el foro poético esta vez de lleno a los acordes... es un hecho que jotch sabe ser dogmático si la perfección sobrepasa los niveles.
no odio el jueves por aquí, quiero un salario y ropa nueva, tengo una suma completa de personas favoritas cerca -los imposibles no cuentan- y eso es ya para sentirse afortunado. no seas malvado, viernes, no tienes más que dejarme en la inercia y habrá sido suficiente.

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