7.12.07

[siete.ocho]

entre mi reciente afiliación a la esclavitud y la muerte -temporal, espero- de mi vida doméstica digital, mi relación con el blog adquiere una inconstancia casi indigna: es un pretexto. últimamente las palabras -o la parte de mi vida que puede provocarlas- se sobran de inconsistencia...


tengo miedo, los efectos emocionales que este recinto es capaz de provocarme -en todas sus habitaciones- no son algo que un jotch pueda dejar de lado, por el contrario, son una mínima y sutil forma de alimento -una muy egoísta e irremplazable-.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Tenemos un país de palabras. Habla, habla para que sostenga mi camino con piedras de piedra.

Tenemos un país de palabras. Habla, habla para que conozcamos el fin de este viaje.

(mahmoud darwish, en "menos rosas")

es una lástima que las mañanas no me dejen refugiarme en su blog como quisiera; este lugar siempre ha sido nocturno en mi experiencia. espero que no se me haya exiliado de este sitio. tengo miles de cosas que hacer y tristemente ninguna me parece más importante que quedrame aquí otro rato, sólo otro rato, otro.

f.

mickemeda dijo...

A veces todos necesitamos algún lugar (electronico quizá) al cual escapar

Celestina Tercioipelo dijo...

Te harás del tiempo. El blog es un habitáculo y, para mí, una ventana por la que me rehúso a dejar de asomarme.