17.5.07

[seis.cuatro]

tras muchos días, un jotch no hace más que desperdiciar el tiempo y olvidar que un jovencito debe portarse bien. lo que estaba permanece y al decir esto incluyo a cada uno de los huecos. probablemente estoy instalado en esa zona en la que uno anestesia a la mitad de sus preguntas y es entonces que esta vez no habrá reconstrucciones blogueras -el lado cinematográfico de mi vida está muy lejos de mi campo visual en este momento-.
siendo muy breves y manteniéndome ante todo bajo mi posición espectadora, nada nuevo: un minghella que apuesta por la metáfora tirando por la borda toda la emotividad que un jotch como yo hubiera podido dar por sentada para siempre tras un historial como el suyo -jude law y londres, aunque perfectos, grises y dolorosísimos, en este caso no son puntos extras-. de notes on a scandal después de tanto tiempo y dadas las premisas no me queda absolutamente nada por decir -y la belleza de cate blanchett nunca ha estado en tela de juicio-...
espaidi ¡ay espaidi! ...una tercera parte ingenuamente impecable como su predecesora hubiera sido una hazaña casi heroica. snow patrol y los escenarios teatrales son, por mucho, una imagen mucho más entrañable.
¿lo dije antes? nada nuevo.
y para concluir y como el móvil medular de mi entrada, intentaré "publicar", en su sentido menos dramático, una serie de conclusiones con el único fin de hacerlas o no coherentes al momento de su verbalización:
por lo menos supongo que el amor es una cuestión absolutamente particular y relativa al ser que lo experimenta; de acuerdo a esta premisa diré entonces, y con base en la experiencia hasta el día de hoy, que la máxima ¿o verdadera? intensidad del amor es solamente alcanzable cuando existe un inminente miedo a la falta de apego por parte de la segunda persona -"jamás volverán a verse"-.
una vez más en el campo de los imposibles -ése en el que, sin mayor martirio, jotch es un experto-, es entonces que con los puntos necesarios de perfección o platonicismo somos capaces de condenarnos a un eterno retorno en el que "siempre perdemos". afortunadamente casos como este no brotan en macetas, concretamente y como un hallazgo he descubierto que tras su considerable historia, jotch resume sus fijaciones sentimentales perennes en tres casos puntuales y aislados, con vértices comunes partiendo del inconfundible dolor en la memoria... algún día amaneceré descriptivo y seré capaz de armar una bonita enumeración adjetivada.
por ahora el punto está planteado y jotch se debe ya muchas horas de sueño, vayamos entonces tomando prisa.

1 comentario:

Anónimo dijo...

este es el momento en que la historia da un giro inesperado y asi la accion comienza