extrañamente pareciera que las respuestas existen y no hacen otra cosa que arrojarnos a la obligación de replantear lo que después de meses empezaba a tomar la forma de estribillo.
mis ganas esta noche se extravían entre el olor que guardan mis manos -la posibilidad de instalarme en el silencio y esta vez no precisamente solo- y la conciencia de la perfección absoluta que simplemente no me pertenece.
la primera decisión contundente y febrero me sorprende con esa ridícula necesidad de devolverme al vacío, le guarda una cifra par a su predecesor y se promete cerrar mis ojos por un lapso considerable. muy lejos de tener un contrato por años de cama compartida, agradezco enormemente al jotch sensato que así sin más abandona la búsqueda de la forma menos drámatica y nunca antes imaginada.
esta noche el entorno casi austero es suficiente... lo demás ya serán rayitas extras.
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