veintidós piezas para un retrato

al visitante aquél

uno. soy hermético un poco más que sugestivo.
dos. mis ojos son -seguramente- mucho más hábiles que mis manos.
tres. sufro una terrible fijación con las extremidades inferiores de las personas de mi mismo sexo.
cuatro. por más de un motivo, amo el número cuatro.
cinco. soy un poco más borracho de lo que quisiera.
seis. mi poética musical es conscientemente misógina (bendita sea rachael yamagata).
siete. no me gusta el número siete. me parece inmensamente sobrevaluado y pedante.
ocho. nunca he sentido los efectos de la marihuana.
nueve. mi ipod sólo contiene un verdadero, profundo, homosexual y adolescente placer culpable.

diez. evidentemente, soy adicto a los adverbios de modo.
once. amo las preguntas casi tanto como las listas.
doce. suelo mantener un registro diario de mis personas favoritas en la vida.
trece. muy pocas cosas despiertan en mí un egoísmo tan alimentado como el cine.
catorce. soy devoto a los números y a las letras.
quince. amo el budismo. me reconozco un pésimo budista.
dieciséis. estoy casi convencido de que habría sido un físico brillante.
diecisiete. no soy precisamente pudoroso. mis problemas son de otra índole.
dieciocho. hay en mi memoria un registro jerárquico de todos los hombres a los que nunca he superado.
diecinueve. tengo muchísimas ganas de una mejor amiga. dadas las premisas de mi exigencia, esto se trata de una inminente utopía.
veinte. dentro de mí, vive un perro.
veintiuno. creo que nunca terminaré de sentirme adulto.
veintidós. soy mucho menos ordenado de lo que me gustaría.