[siete.nueve]habiendo sobrevivido, casi sin rasguños, a un cumpleaños en lunes -bendito sea el bisiesto año entrante que los martes han venido demostrando que son todavía más tristes- he aquí un inventario como balance final tras la mesa de regalos publicada anteriormente.
1. un sábado para siempre: los amigos más entrañables, el mejor road movie de mi vida, mi nueva camisa favorita, un jotch con barba, nuestros lentes, el whisky, el amor como eterno imposible... la mujercita de la enigmática voz como el mejor pretexto para ser completamente felices. las pérdidas millonarias, también.
2. un domingo triste, empolvado y casi inexistente.
3. un lunes que por encima de cuestionarse se agradece por mínimo.
4. un fat nano (ese pasado que, aunque en silencio, permanece y se manifiesta en los últimos minutos de un lunes diez con una caja cuyo contenido promete una enorme posibilidad de futuras crisis emotivas).
5. la noticia de un envío esperadísimo desde mi ciudad favorita -otro de los regalos de la mesa-.
6. un fin de semana en puerta y más de tres cuentas pendientes.
7. ganas que alcanzan.
y así un jotch tiene ahora veintitrés años. veintitrés y un jueves sin quejas.